La leña proviene principalmente del bosque nativo, el que juega un rol importante en la conservación de la fauna y flora, la protección del suelo y los cursos de agua, aportando múltiples productos y servicios.
Depende de la forma en que se obtenga la leña del bosque para que éste adquiera valor, o por el contrario, se degrade y destruya.
Para evitar la degradación del bosque, se debe consumir leña que provenga de un buen manejo forestal y que cuente con la autorización de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), a través de un plan de manejo. En estas condiciones, la producción de leña no
representa una amenaza de sobreexplotación, pues sólo se extrae el crecimiento anual del bosque.
Usar leña autorizada por CONAF garantiza que la leña NO proviene de una corta ilegal y que NO se está destruyendo el bosque.